domingo, 23 de diciembre de 2012

The Hatecrew

No entiendo de dónde proviene mi odio, simplemente no soporto estar ahí. No es una simple incomodidad, es algo que no puedo permitir que vuelva a suceder, me enferma, ni siquiera por quedar bien y reparar un poco la relación con mis padres. En realidad ir por "quedar bien" implicaría volver a caer en ese juego del que huyo con tanta insistencia.
¿Por qué nunca podemos alejarnos de ese lugar?
Es una especie de sombra en mi vida.. siempre estará detrás de mi, en mi pasado, pero siempre siguiéndome.
Es tan contradictorio que lo que a mi papá le parece un lugar de "paz", a mí me parezca tan tormentoso. No lo entiendo, ellos también le han hecho daño, lo han traicionado (y no creo que tarden en volverlo a hacer). ¿Por qué siempre regresa?
A mí aún me cuesta trabajo explicar lo que ese lugar significa para mí, en realidad no me costaría mucho ir con él ahí y fingir que estoy a gusto, aunque al escuchar cada palabra no exista algo a lo que con tanta fuerza pueda decir NO en mi interior. De hecho ir me convendría para que él dejara de verme como una perdida y mi mamá dejara de preguntarme si estoy embarazada, pero ir, el simple hecho de ir sería como traicionarme a mí misma... tal vez podría ir, pero como los tres monos: boca, ojos y oídos cerrados.
El único sentido de ir sería fingir arrepentimiento para obtener perdón... y yo no me arrepiento de nada.
Sólo quisiera que me entendieran, que no me juzgaran, que todo volviera a ser como antes...
Ahora se sorprenden de que haya hecho lo que hice (y varias cosas más), pero es mi forma de protestar, es mi forma de decir que ya no pueden controlarme, que simplemente ya no puedo seguir complaciendo a otros haciendo cosas que no quiero, que estoy harta de este disfraz.
Cuando era pequeña y mi mente era tan nueva y vulnerable ellos simplemente me llevaron ahí a que me enseñaran cosas, a que aprendiera a ser una "buena niña", a que aprendiera a obedecer porque ese es el meollo de todo.
Ahi me enseñaron a ser todo lo que desprecio de mí misma y ya no quiero ser.
Aprendí a sentirme culpable por ser libre, a callar mis pensamientos, a fingir, fingir todo el tiempo que estoy bien, en fin, tal vez me contagiaron un poco de su hipocresía. También aprendí a obsesionarme por el futuro y no disfrutar nada, a someterme, a reprimirme, a vivir en un mundo ideal e inexistente muy lejano a donde vivo en realidad, a poner siempre la otra mejilla y a estar en una búsqueda continua de la aprobación de otros, a complacerlos para que me quieran.
En ese entonces no importaba si me daba cuenta de que tan sólo estaba disfrazada y todo era una farsa porque no podía quitarme el disfraz, a todos les gustaba y yo tenía que gustarles. Además, si me lo quitaba ¿quién sería ahora?
Nada, me hubiera quedado en la nada, pero eso es justo lo que ahora busco, quiero deshacerme de todas esas cosas que metieron a la fuerza en mi cabeza. No me importa quedarme en blanco, lo que quiero es volver a empezar con la única voluntad que considero pura en mí: la voluntad de cuestionar.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario