26/02/2012
Sé bien lo que se siente esperar al tiempo minuto a minuto
buscando el momento indicado para hablar, para callar, para escapar, para sentarse
a esperar. Esperar para esperar.
Algunas veces da señales de vida, otras, parece nada. El
jueves estaba pensando mucho en él, no podía esperar a que fuera viernes para
hablarle y armar el plan de escape. Imposible creer que justo mientras mis recuerdos
lo invocaban con más fuerza un mensaje llegó a mi celular. ¡Era él!
Primero quería asegurarse de que yo estaba despierta con un:
“Holaaaaa, andas por ahí??” No pude contenerme y de inmediato le contesté y le
hice la invitación para el día siguiente.
Después de eso su respuesta fue algo que no esperaba:
“Extraño el calor de tu boca en mi pene. Y esos senos hermosos.” Me sentí tan
excitada al leer eso que no podía esperar a que llegara el viernes para dárselo
todo, pero el viernes resultó ser otro día de larga espera en el que mi deseo
crecía a cada minuto y no fue satisfecho.
Yo también le contesté algo acorde a lo que me dijo, la
primera vez me apenó que me mandara esos mensajes, pero creo que ya sé cómo
responderlos. Recuerdo que se acordó de mí así en Navidad y también hace
algunas semanas, explicándome exactamente lo que quería hacerme cuando me
viera.
De pronto tiene esos chispazos, esas casualidades
inexplicables que me hacen insistir y le
dan un poco de sentido a lo que parece una vil locura autodestructiva.
Hace algunas semanas fui a un casting para doblar al
personaje principal de una serie de televisión mexiquense gracias a que un
conocido me llamó para hacer la prueba. Mi sorpresa fue descubrir que tal
invitación no fue tan casual.
“Alguien me dijo que te salía bien la voz de niña… ahhh, creo
que fue A…”
¿Por qué lo hizo? En realidad no había necesidad, yo nunca
le he pedido nada y salió de su voluntad… ¿será su forma de agradecimiento o en
verdad creerá que tengo talento para otras cosas? Me extrañó eso, porque él no
es el tipo de persona que hace favores a los demás o que ayuda a otros, al
menos no que yo sepa.
Fingí que apenas recordaba a A…, no quiero que nadie cercano
pueda percibir el más mínimo indicio de lo que sucede entre nosotros. Aunque sé
que si lo viera no podría disimular ni un poco. Me enterneció mucho saber que
él se había acordado de mí en algún momento y que quería algo bueno para mí, me
hizo pensar que le importo un poco más, sentí como si me protegiera.
Tenía muchas ganas de verlo para agradecerle en persona jeje…
pero no sucedió nada. Pasó otra semana e igual, no pasó nada, pero pasaron
muchas cosas por mi mente y eso es en realidad lo que me molesta. Ya he dicho
muchas veces que lo que me gusta de estar con él es que no pienso en nada, pero
mientras lo espero pienso en todo.
Le reclamé inocentemente y él se disculpó, pero mi mente no
se detiene. Ya varios me han dicho que esto es peligroso, que es muy probable
que vaya a acabar muy mal, que esto no es lo que quiero en realidad, que esto
me va a hacer daño y me va a destrozar poco a poco, pedazo a pedazo.
Apenas la vez pasada fui consciente de que no soy inocente y
esa disonancia entre mi mente y mi cuerpo se hizo más notoria e insoportable.
Tengo noción de lo que hago y sé que muchas veces me ha causado más frustración
que placer, pero lo vale totalmente. No me importa el precio que tenga que
pagar por tan solo un poco de él.
Esto tiene el potencial de convertirse en una adicción y
como todo buen adicto me atrevo a decir que puedo dejarlo cuando quiera… pero
ahorita no quiero. Me hace daño, lo sé, gradualmente me dejará vacía, pero por
ahora es lo que menos me importa yo sólo quiero más de él.
Me basta con sentir que está ahí, con que conteste cuando le
hablo, con que me mire. En otro sentido, esto también es como la publicidad,
jajajaja. Tal vez todo sean mentiras, tal vez sean necesidades falsas, pero él
siempre supo lo que su consumidora buscaba y tal vez él no tenga exactamente lo
que yo quiero, pero me satisface y yo estoy dispuesta a pagar el precio.
Sin embargo, ya he pensado en lo triste que estaré cuando
todo termine, así que tengo que preparar mi mente.
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