domingo, 2 de diciembre de 2012

Los secretos



15/10/2012
El viernes lo planee todo muy bien y no salió, cada vez responde mis mensajes más tarde si es que los responde. Lo nuevo fue que esta vez no me contuve tanto y le eché en cara su indiferencia… no me contestó.
Al momento no me arrepentí de haberlo dicho (aunque no me contestara), me bastaba con saber que esas palabras habían llegado a él y ya. Después llegó la tormenta, ¿qué tal que ya no vuelve a hablarme?
“A veces pienso que lo mejor que podría pasarme es que él no volviera a hablarme nunca.”
… pero a veces no.
Desde ahora sé que tendré que enfrentarme a ese deseo impasible de buscarlo otra vez.
Esta vez necesito verlo más que nunca porque tengo algo que decirle, algo con lo que no me puedo quedar, algo que despejará esta fantasía de su falso encanto de una vez por todas.
Cuando pienso en eso suelo mentalizarme para lo peor: una despedida; sin embargo, eso no es lo peor que podría pasar. Lo que es realmente peor es que no haya tal despedida. Esto es a lo que más le temo ahora. Sin despedida, esta historia no hallará su fin, en todos los sentidos.
Hoy me enteré que él tiene una hija.
No lo creo, me niego a creerlo, repito la secuencia de video una y otra vez donde él mismo lo dice y una parte de mí lo evade aunque las lágrimas salen y salen. ¿Cuántas cosas más me negaré a mí misma con tal de mantener este sueño vivo en mi cruda realidad?
Me negué a ver a su novia, con quien estaba (¿o está?) al mismo tiempo que todo esto comenzó, y ahora me niego a ver a su hija… debí sospecharlo desde que vi una foto, creí que era una broma, creí que tal vez era el hijo de ella.  Recordé que una vez, mientras se estaba vistiendo, me dijo: “No puedo decirles donde estuve y si les dijera tendría que matarlos.”, refiriéndose a sus primos que estaban en la cena de su papá.
Ahora entiendo… la explicación más lógica y conveniente es que él ya no está con la madre de su hija y vive en casa de su mamá, pero sí se responsabiliza de su hija y por eso trabaja tanto.
Pero ¿qué tanto puedo creer esto?, tal vez él viva con ella o incluso tal vez siga andando con T..., después de todo ella también tiene un hijo, lo lógico sería que se entendieran ellos dos.  Aunque si así fuera ¿en qué momento aparecí yo?... sexo.
Sé que no me queda hacerme la inocente, pero como sea me siento estúpida. Estoy ciega, no estoy molesta, se cayó la venda pero me esfuerzo por cerrar los ojos y no dejar que se escape mi ilusión. ¿Hasta dónde soy capaz de llegar por esto?
Si él siguiera con la mamá de su hija, T... no hubiera andado con él, ¿o sí?
“A veces pienso que lo mejor que podría pasarme sería que él no volviera a hablarme nunca.”
Porque sé que nada me importará con tal de volver a sentirlo, sé que si vuelve a hablarme le contestaré inmediatamente y haré lo que él me pida, sé que podré fingir que no pasa nada con tal de tener un instante más con él.
¿Quién soy?, ¿En qué me he convertido?, ¿Acaso siempre he sido así?
 Me veo a mí misma como un ser patético y débil, egoísta y cruel.
Trato de pensar que él es otra persona diferente, me esfuerzo por atesorar mis recuerdos, no quiero tergiversarlos, no quiero olvidarlo, no quiero perderlo, pero no es nada, nunca ha sido nada. Y yo siempre he estado sola… y él siempre lo supo.

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