“I´m taking
these drastic steps in prudence of that terrible lingering force that they call
love …”
Cardiac Thanatosis
ABRIL
12/04/2011
Para hablar de esto intentaré reconstruir las palabras que
alguna vez él me dijo: “Es como con un perro, si lo encierras, lo amarras y lo
maltratas, podrás mantenerlo así por un tiempo, pero después, en algún momento,
sacará toda su furia guardada y se volverá violento.”
Sí, él me comparó con un perro, o al menos a una parte de mí.
La verdad no estaba tan equivocado, esa parte de mi se ha
mantenido sumisa durante mucho tiempo, teme salir y aunque busca pretextos para
hacerlo al final el único remedio pareciera ser el alcohol, el cual no libera a
la bestia pero al menos la apacigua.
Siempre parece ser la opción más viable, pero la verdad
siempre empeora las cosas. Juega con las apariencias, es como una puerta,
parece una salida, pero en realidad es una entrada a algo peor.
Al final el malestar es físico y emocional y además aumenta
de magnitud, ahhh claro y lo que es aun peor: involucra a otras personas.
No puede uno deprimirse y encerrarse, no importa si es nulo
el contacto, siempre alguien más es afectado. Nunca he entendido bien por qué
siempre cuando decido emborracharme es para sentirme “mejor”… en realidad nunca
me ha hecho sentir mejor.
Estoy tan enojada, tan triste, tan desesperada, que ya sólo
queda reírse como mecanismo de defensa.
Últimamente me he acordado mucho de ese otro que alguna vez también me quitó el
sueño, él era el nihilismo en su máxima expresión, el colmo del cinismo.
Gracias a él comprendí que el siguiente paso de la depresión es la indiferencia, otro mecanismo de defensa
que sirve como resistencia a la frustración.
La verdad no sé bien qué me hace sentir tan mal, estoy harta
de todo y de todos. Siento que la convivencia con el prójimo no es lo mío, no
soporto la compañía pero tampoco quiero estar sola… ya lo he estado durante
mucho tiempo.
Creo que se trata de un “sentimiento vertiginoso”, alguna
vez leí que quien teme a las alturas no teme tanto a caerse, sino a desear
aventarse. Ese sentimiento ya es muy común en mí, tengo mucho miedo a querer
aventarme, a veces parece que lo hago, pero nunca pasa algo en verdad.
Quisiera huir de todo, me siento tan desapegada a mi
alrededor, no lo comprendo, me siento muy sola, creo que ya no hay nadie con
quien pueda expresarme y mostrarme como soy en realidad, tal vez nunca lo ha
habido ni lo habrá… aunque alguna vez creí que era él.
Él poco a poco fue convirtiéndose en una esperanza para mí,
pero ya me abandonó la ilusión, he hecho que él se aleje de mí. Creo que por
buscar algo más me deshice de un amigo porque ya no puedo hablar con él y él ya
no quiere hablar conmigo. Lo he arruinado todo porque ahora tampoco puedo
confiar en él y sé que él no confía en mí.
El alcohol también tuvo mucho que ver en esto…
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