sábado, 30 de marzo de 2013

The end is here, there´s no more pills to swallow.

Sé que estoy a punto de hacer lo mismo, pero quiero especificar algunas cosas antes de empezar a empeorarlo. Odié leer mi publicación anterior, es injusto hablar de R... y A... en un mismo texto, tal vez incluso en un mismo reglón. Así que aunque muchas cosas han sucedido con R..., quiero escribir su historia aparte, porque él merece muchas páginas dedicadas sólo a él. De igual manera A... es A..., Él es Él y seguramente seguirá colándose en mis pensamientos por un buen rato. Todo lo que hay aquí es por Él, siempre será el inicio, "el seductor de mis pesadillas", el primero y el único (hasta ahora). Antes de Él no hay nada, ha sido mi todo, mi sueño hecho realidad. Gracias a Él he aprendido tanto, he gozado tanto, he gemido tanto, he gritado tanto, he llorado tanto, me he estresado tanto: he vivido. Sin Él yo no sabría lo que es el placer.
En algún momento pensé que tal vez, a partir de lo que ahora es "ahora", sólo debería de continuar escribiendo hasta concluir su historia y dejar que todo esto se pierda en el ciberespacio. Pero ahora pienso que antes de ser SU historia, es la mía.
Por eso continuaré escribiendo otras cosas, aunque no tengan que ver con Él, porque seguramente, muy pronto, lo que escriba ya no lo incluirá a Él... intento que eso no me duela, pero la única manera de lograrlo es restándole valor a lo que ha sido A... para mí, pensando en el último mal recuerdo que tengo de Él. Es como un círculo vicioso porque al mismo tiempo, pensar en Él de esa manera me entristece porque no quiero que lo último que quede de Él sea incómodo de recordar. Quiero mirar atrás y estar segura de que esta historia tiene significación y sentido. Ese siempre ha sido el propósito de escribirla, ser leída tal y como fue en el momento. Ahora, sólo me aferro a que continúe y sea como antes fue, o como antes soñé que fuera, o como antes soñé que sería... pero ya es hora de darle fin.

"Ya no lo quiero, es cierto, pero tal vez lo quiero.
Es tan corto el amor y es tan largo el olvido."

Me disculpo una vez más (no sé con quien) porque volveré a mencionar a R... en este texto que tiene como propósito concluir la historia de A... Lo que sucede es que él estuvo presente de alguna manera cuando entendí que esto ya está acabando (por no decir que ya acabó). Mi corazón parece haber encontrado un consuelo en R..., no lo sé, tal vez lo estoy utilizando, tal vez eso esté mal, pero su presencia ha cambiado un poco las cosas, no me siento tan sola, tengo una esperanza.
R... me da fuerza. Es por eso que ayer le mandé un mensaje para verlo y en menos de dos minutos obtuve una respuesta, pero no era él, era Él.
Pero Él no era Él.
Al principio parecía Él, no sólo porque era su número. El mensaje había sonado a Él, su escritura, la forma de expresarse, su estructura, todo se parecía a Él. Fue un: "Hola!! Dónde estás?!" Así, con signos de interrogación y admiración juntos, esos que empecé a usar desde que empecé a mensajear con Él. Antes, yo no solía expresar la emoción en mis cuestionamientos ni la duda en mis exclamaciones.
Sin embargo, esta vez no sentí lo mismo que siempre sentía al recibir sus mensajes. Antes, cierta excitación recorría mi cuerpo porque con un "hola" bastaba para hacerme sentir deseada y buscar la manera de escapar con Él en el menor tiempo posible.
Esta vez me invadió el miedo. Sentí que ya no quería verlo y tuve miedo de volver a caer a pesar de eso. Le contesté: "Hola!! Estoy en mi casa, pero no creo poder salir ahorita :(" Era la forma más fácil de deshacerme de la incómoda tarea de buscar un nuevo pretexto para escapar, verlo directamente y decirle en su cara que ya no lo quiero ver. A pesar de mi miedo, hay muchas cosas que me gustaría decirle, quisiera que supiera lo mucho que lo quise (¿o lo quiero?), lo mucho que todavía me importa, lo que él ha significado y significa en mi vida y que en verdad deseo que le vaya bien y siga siendo exitoso, que lo admiro, que lo respeto y que también quiero que sea feliz... pero no sé si pudiera hacerlo teniéndolo en frente. No sé si me saldría la voz, no sé si lloraría, o si simplemente me resignaría a volver a acostarme con Él aunque sólo le importe su propio placer.
Quisiera no sentirme estúpida, pero es como me siento ahora.
Veo su cara, en fotos, en videos y sé que en verdad jamás podría decirle nada si lo tuviera en frente.
Cuando pienso que sólo podré volver a ver su cara así, en fotos y videos, en segunda dimensión, se me llenan los ojos de lágrimas.
¿Por qué lo quiero? ¿Por qué me aferro tanto a Él?
Son esas preguntas complejas que no he querido responderme aunque siempre me las haga.
En fin, la respuesta a ese mensaje sobre mi paradero fue la que acalaró todo, pues la siguiente vibración reveló un nuevo mensaje que decía: "Yo pensé que estabas en casa de Franco." Fue entonces que mi cerebro conectó todo.
Él ya me había dicho que vendería su celular con todo y chip y que cambiaría de número, me lo dijo dos veces: una en vivo, otra por mensaje (cuando su celular todavía era suyo). Me dijo que luego me pasaría su nuevo número, pero es un hecho que su celular ya le pertenece a otra persona y no me ha pasado nada... tal vez al final Él se me adelantó y decidió desde antes que ya no quiere volver a saber nada de mí.
Eso es algo tan triste que creo que mi cerebro lo evade para evitar que caiga en depresión, simplemente no lo capto.
No entiendo nada.
Pero ese es el punto, he perdido la única forma de contacto que tenía con Él y sólo de Él depende que alguna vez podamos volvernos a ver. Él sabe dónde encontrarme, yo no a Él.
Después de intentar concebir que Él ha terminado con esto, pensé en lo raro que es que alguien más (que además ni conozco) tenga mi número entre sus contactos. ¿Acaso A... no los borró y vendió su celular con todo y contactos? Me apenó mucho la idea de que alguien más pudiera saber qué tipo de cosas nos mandábamos Él y yo. De cualquier manera es un poco estúpido que alguien te mande un mensaje pensando que eres otra persona, especialmente cuando tu número está guardado con un nombre que evidentemente le será desconocido al nuevo dueño del súper iphone de A... ¿o no?
Mi mood paranóico me hace pensar que A... siempre guardó mi número con otro nombre para no despertar sospechas o que el nuevo dueño del celular es un poco pervertido y sabe lo que yo le escribia a A... así que tal vez le pareció interesante tener algún tipo de contacto conmigo, pero al final le dio pena y por eso fingió otras cosas. La última opción, la más paranóica, es que A... no ha cambiado su número, pero quiere que yo piense eso porque ya no me quiere ver.
Tal vez ninguna opción es verdad, pero todas llevan a lo mismo: hemos perdido nuestra única forma de contacto= esto se acabó.
A ratos pienso que fue mejor que terminara así, porque sería muy difícil tener que enfrentarlo. Él es irresistible para mí, el simple hecho de verlo me haría retractarme inmediatamente de todo.
Otras veces pienso que esta ha sido la peor manera en la que podía terminar nuestra historia. Esta jugada tan simple, tan cobarde, hace ver todo insignificante, como cualquier trivialidad, como si nunca hubiera existido.
Pero nunca ha sido eso para mí (aunque creo que sí lo fue para Él y una parte de mí siempre lo supo), por eso siento que estoy buscando la manera de hacerlo especial para mí.
No lo sé, necesito un periodo de luto, un moño negro, cortarme el cabello, ayunar, volar globos, quemar papeles, sumergirme en el agua, de verdad no lo sé, algo más simbólico que marque que esto se acabó.
Me hubiera gustado verlo y decirle mi verdad, me hubiera gustado que Él también me hubiera dicho su verdad... aunque ambas cosas me hubieran destrozado.
No sé qué hacer ahora, he guardado tanto de Él en todas partes. Aquí, en mi celular, el folleto de postday (pienso que algún día podría serme útil a mí o a alguien), el desodorante que usé durante ese verano en que empezó todo. Cada que lo huelo es como si me transportara a ese entonces, siento las mismas ansias, el mismo deseo. Me acuerdo mucho de las calles de La Roma, pienso en la primera vez que salimos, ese bar, ese hotel. Me veo a mí misma combinando mi ropa interior, saliendo de casa desde temprano sin soltar el celular, arreglándome en el baño de algún restaurante en la noche, brillo labial sabor arándano.
Arreglándome para Él.
Me acuerdo de la primera vez que me depilé el área de bikini... cosas que no hubiera hecho nunca hasta que lo conocí.
Esa sensación genial de que nadie sepa donde estás en realidad, estar en su auto, en la noche, embriagándome con su olor... quisiera poder recordarlo mejor, pero se pierde. Sólo puedo volver a oler mi desodorante y recordar que en esos días empecé a sentir que realmente era hermosa, y si no lo era, me bastaba serlo para Él.
Tengo poco más de 700 mensajes en mi celular, de los cuales probablemente poco más de 600 son de Él. No los he borrado y no quiero hacerlo, ni siquiera porque me conflictúa un poco el hecho de que esos mensajes que alguna vez fueron suyos, ya no lo son. Ahora proceden de alguien extraño, si los abriera podría ver el nombre de A..., pero aunque diga A..., ya no es A... No podría contestárselos ahora, aunque ya lo hice antes, porque ahora ya no es Él.
No sé qué hacer con esos mensajes porque no los pienso borrar nunca. No sé cómo ni dónde los guardaría, pero los quiero conmigo, cerca, son mi única prueba de que Él alguna vez me correspondió... aunque Él ya no sea el remitente y ahora lo sea un extraño que seguro no se imagina que en sus manos tiene el instrumento que por casi dos años conectó a dos amantes.
 Y en verdad nos conectó, no es un decir, ¿cuántas veces pensé en Él y en seguida recibí un mensaje suyo?, ¿cuántas veces me pidió que adivinara lo que estaba pensando y lo hice? Recuerdo lo especial que fue esa vez en que me dijo que estaba masturbándose y yo también estaba haciéndolo. Algún día en algún momento nos deseamos con tal fuerza que nos invocamos el uno al otro. Me llena de nostalgia pensar que alguna vez fue así y eso es lo mejor que pasará entre nosotros, pues no sucederá de nuevo.
Me reconforta pensar que en algún sentido fui especial para Él y que tal vez piense en mi algún día... y me extrañe.
Me gustaría que pensara en mí la próxima vez que tenga sexo con alguien, porque creo que yo me tardaré un rato hasta poder dejar de recordarlo y comparar a otros con "El seductor de mis pesadillas". 



      
    
  


    

sábado, 23 de marzo de 2013

Quisiera que esta no fuera la última noche... pero no sé.

Después de aquella fiesta pensé que Bolita simplemente se olvidaría de mí, pensé que yo sería para él tan sólo "una chava con la que me besé en una fiesta una vez." De hecho, creí que no recordaría mi nombre. Pero eso no fue lo que pasó.
Me envió solicitud de amistad en esa famosa red social que me genera sentimientos encontrados y desde entonces platicamos casi todas las noches por inbox. R... me pregunta cómo me fue en el día y a cada rato me dice que soy muy bonita, me pide que le mande besos virtuales y también me pide permiso para soñar conmigo.
Tiene una pésima ortografía, pero no puedo esperar a que anochezca para que se conecte y pueda leer lo que me escribe. Tengo que confesar que cuando me pide que le mande besos en verdad me concentro e intento pensar que realmente mis labios pueden alcanzar los suyos.
Un día "me invitó un helado en Coyoacán", suena tan cursi, tan cliché, tan fuera de lugar, tan nada que ver conmigo (ni tampoco con él), pero fuimos.
Platicamos y nos besamos mucho, mucho, mucho. No se cansaba de besarme, "Mis labios no quieren despegarse de ti.", me dijo después de un rato... y me volvió a besar. Así que pensé: tal vez nuestros mundos no tengan nada que ver, no nos gusta lo mismo, ni pensamos igual, pero hay una sóla cosa que nos une y es lo suficientemente fuerte como para continuar con el juego y es que los dos somos insaciables.
Cuando regresé a mi casa me sentí mal, otra vez pensé en A...
Bolita ya sabe de Él, pero dice que no le importa... no sé si eso sea bueno o malo.

"El seductor de mis pesadillas" reveló su peor lado hace poco... de hecho, por eso me he tardado tanto en escribir lo que ha pasado. Esa noche (¿la octava?), perdí la cuenta a propósito porque quisiera no contarla.
A pesar de eso siento que tengo que relatar lo que pasó, es algo que no he podido contarle a nadie con detalle por la incomodidad que me causa... ni siquiera a mi psicóloga. Por cierto, dato curioso: Ya voy a terapia. Otro de mis secretos.
Esa noche fui a un concierto con Aldo, power metal finlandés, no especificaré la banda. Dejé mi celular en paquetería y cuando fui por él tenía como 5 mensajes de A... donde me proponía que nos viéramos con los términos de costumbre. Le expliqué que iba saliendo de un concierto y que me tardaría un poco en llegar. Aldo me miró con seriedad cuando supo con quien mensajeaba y me dijo: "Creí que eso ya iba a terminar." Sólo pude responder: "Yo también."
Me regañó o algo así, pero no me importaron sus palabras, yo ya estaba acordando con A... nuestro siguiente encuentro.Estaba tan ansiosa como siempre, cuando Aldo me dejó en mi casa yo fingí que entré pero inmediatamente salí corriendo para por fin encontrarme con Él.
Hacía un frío horrible, así que me refugié en una silla cerca de un restaurante que estaba en ese centro comercial donde suelo esperarlo. Mi celular vibró entre mis manos con la frase: "se me sale del pantalón.", y esa imagen me hizo entrar en calor por un instante. Estaba llena de sudor y con el maquillaje corrido debido a la intensidad del concierto y ahora tenía las manos entumecidas mientras una voz interna me decía: "¿En verdad no preferirías estar en tu casa y dormir?"Obvio no.
Siempre que espero a A... tengo una sensación de abandono muy extraña, me siento como un vagabundo que no tiene donde pasar la noche, me olvido de que tengo familia o amigos, me siento realmente sola y a veces tengo miedo, pero sé que Él llegará cuando menos lo espere y ya no sentiré ningún hueco, ninguna ausencia, nada de frío. Intentaba pensar en eso mientras envolvía mi cuello y la mitad de mi cara en una bufanda que me prestó mi mamá, pero no podía dejar de mirar el reloj con impaciencia y esa voz interna seguía diciéndome: ¿Acaso no estás harta de esto?... de esperar. ¿Hasta cuándo?

"Esperan, no esperan nada, pero esperan. Su corazón les dice que nunca han de encontrar."

Cuando por fin me avisó que había llegado corrí hasta su coche, a veces creo que sería capaz de cruzar la calle hasta con el semáforo en verde con tal de encontrarlo e irme con Él. Cuando llega no pienso en nada, sólo quiero estar con Él. Cuando entré al auto le hablé emocionada sobre el concierto, pero creo que no le importó mucho, estaba muy serio, algo callado, raro.
Otra vez fuimos al hotel bonito de la vez pasada y otra vez compró condones Playboy. Subimos las escaleras de caracol y yo pasé al baño, necesitaba enjuagarme un poco el sudor del concierto. Mientras tanto, él buscó los canales pornográficos, como suele hacer.
Cuando salí del baño él ya estaba desnudo sobre la cama, así que me desnudé torpemente y lo besé, pero no sentí que eso fuera un beso, era como si sus labios no se movieran. Así que comencé a chupar su pene, lo cual creo que le agradó más.
Después se levantó un poco para tocar mi vagina y mi ano con sus dedos mientras mordía mi pezón izquierdo... pero algo faltaba, no era como antes.
De ahí nos pasamos a la 69, pero aunque su lengua era una delicia seguía faltando algo y yo no podía saber qué era.
"¿Cómo quieres que empiece?", me dijo mientras se ponía el condón.
"No lo sé.", respondí desconcertada. Tal vez era mi oportunidad para pedirle algo especial, pero no sabía qué, no sabía que quería, no entendía qué faltaba.
Así que sólo se avalanzó sobre mí decidido a penetrarme. Tomé su rostro entre mis manos y le dije: "Despacio" Y Él contestó: "Sí, despacio." Pero no lo hizo despacio.
Entró en mi con fuerza y cuando mis brazos intentaron empujarlo para cambiar de posición (como solemos hacer), Él presionó su pecho contra el mío muy fuerte, echó todo su peso sobre mí y quedé inmóvil mientras seguía penetrándome cada vez más rápido y más duro.
Me estaba doliendo... y él lo sabía.
Si no se notaba en mi rostro, tenía que notarse en mis gemidos que ya no sonaban tan placenteros, aunque eso me hizo pensar algo. Después de todo, ¿cuál es la diferencia? Un buen actor de doblaje debe haber notado desde sus inicios en la profesión de la reproducción de la naturalidad de la voz humana en ambientes de ficción, que la mujer que coge y la que está pariendo suena prácticamente igual en la televisión.
Me ha pasado que desde mi cuarto escucho gemidos que provienen de la televisión del cuarto de al lado, inmediatamente pienso en pornografía, pero descarto la idea porque mi mamá dice que ver eso "daña el espíritu". Así que cuando me asomo a su cuarto y veo que se trata de algún programa sobre mujeres embarazadas, una película de terror o simplemente eran las expresiones de gozo de una mujer frente a su nueva casa remodelada, pienso muchas cosas, pero la pregunta más frustrante es:
¿Por qué suenan igual los gemidos de placer que los de miedo o dolor?
¿Por qué no puedo distinguir su intención y todos los considero de índole sexual?
 En fin... culpemos a las actrices de doblaje, aunque no esté segura de que sean las responsables.     
Mis gemidos, esos que Él mismo ha catalogado como "lo mejor de coger contigo", no sonaban igual y si Él no lo hubiera notado, no hubiera empezado a besarme con desesperación como si intentara callarme, como último recurso para taparme la boca.
Cambiamos de posicón unas dos o tres veces, bueno, más bien Él me cambió de posición. Movía mis piernas a su antojo, en algunos momentos deslizaba sus manos con suavidad sobre mi cuerpo, sus caricias me hicieron calmarme un poco, pero cuando por fin empezaba a sentirme cómoda, sacó su pene, se quitó el condón y supe que era tiempo de volvérselo a chupar.
Se lo chupé hasta que se vino y ahí acabó todo.
No puedo describir mi insatisfacción... mi frustración.
Fue una noche pésima.
Cuando acabó fue a enjuagarse el pene o algo así y me dijo: "Me lastimé, no es nada grave, sólo me rocé con el condón, creo que fue por la fricción."
En ese momento todavía le pregunté cómo se sentía, si estaba bien, si no era muy grave.
Ahora sólo pienso en una palabra: KARMA.
Le valió madres saber que estaba lastimándome y terminó lastimándose Él mismo.
Yo no me quería vestir, no me quería ir, las cosas no podían terminar así, pero él ya estaba mensajeando a no sé quién y yo sólo lo observaba de perfil, en su posición de "muñequito de rosca de reyes".
Le pregunté qué pasaba y me contó otra historia extraña sobre tener que llegar temprano para abrirle a su hermano porque no traía llaves del depa. Aunque me lo explicó, jamás entendí la relación entre "tener que irse ya" y eso. Según esto, ¡su hermano ni siquiera había llegado aún!, así que le dije:
"¿Por qué no le dices que todavía no estás y cuando él llegue que te marque o algo para que tú le abras?"
"No, si no, no duermo.", me contestó.
"Pero puedes dormir en lo que llega, sólo te vas a parar para abrirle.", le dije.
"No, a mí no me gusta hacer eso, después no me puedo volver a dormir." dijo Él.
Había algo extraño en eso, yo no podía entender que no pudiera hacer esa cosa tan insignificante por su hermano, que no pudiera tolerar despertarse para abrir una estúpida puerta. ¿En serio era mucho pedir?
O sea... yo lo he esperado a Él en la calle, en el frío, sola, por más de media hora (sin mencionar todas las mentiras que tengo que decir para hacerlo y el estrés que eso me provoca.)
Me pregunté si alguna vez en su vida habrá conocido lo que yo defino como "esperar a alguien".
¿Haría Él por alguien (aunque no fuera yo), lo mismo que yo hago por Él?
... empecé a dudarlo.
Para colmo la figura materna volvió a aparecer. "Es que si mi hermano llega y ve que no estoy, le va a hablar a mi mamá.", me dijo.
¡¡¿¿QUÉ PEDO??!!
En verdad no entendí absolutamente nada, sonó como un niñito cobarde que tiene miedo de que lo acusen con su mami. Pareciera que ningún hombre pudiera separarse de las faldas de su madre jamás. ¡Qué horrible! Digo, está bien que el departamento es de su mamá, pero ni siquiera vive con ella.
Le pregunté: "¿Y por qué tu hermano habría de hablarle a tu mamá?"
Él contestó: " Pues porque va a llegar, no va a saber qué hacer y va a pedirle un consejo a alguien."
Sólo pude responder: "... yo no le hablaría a mi mamá para eso."
Algo estaba molestándome, varios pensamientos se estaban conectando en mi cabeza. Suponiendo que su hermano tomara el teléfono y le dijera a su mamá todo, ¿qué?, ¿es su vida, no?, ya es mayor, ya no vive con ella, ya trabaja y se mantiene solo.
Cuando mi mamá se enteró de esto tuve mucho miedo y me deprimí por unas cuantas semanas, pero a pesar de su desaprobación yo sigo haciéndolo porque me gusta. Además, yo no podía ponerme tan rebelde porque no tengo un trabajo y eso me hace dependiente de ella. Si me corren yo no tengo a donde ir, Él ya no puede ser corrido y en caso de serlo podría sobrevivir solo.
Él nunca sabrá lo que es que tu mamá te diga que eres una cualquiera, que le da asco lo que haces.
¿Alguna vez se habrá enfrentado a su madre?, ¿Alguna vez se habrá atrevido a contradecirla?, ¿Alguna vez lo haría (aunque no fuera por mí)?
Recordé que antes de que todo empezara, cuando apenas comenzó a hablarme por facebook (antes de que me borrara), A... me invitaba a salir súper noche y me decía: "Escápate! qué? te pegan, o qué? "
Este hubiera sido el momento perfecto para decirle: "Quédate! qué? tu mamá te pega, o qué?"
Conclusión: Me dí cuenta de que Él jamás haría el menor sacrificio por mí y tal vez por nadie. Me molestó que no tuviera ni la menor idea de todo lo que yo he pasado por Él, todo lo malo que he creído que ha valido la pena sólo por estar con Él, sólo por ese placer.
Regresando a la escena, esta vez ni siquiera se metió a la regadera, yo me resistía a vestirme hasta que vi que Él empezó a hacerlo y ya no me quedaba de otra. Cuando los dos ya traíamos la ropa puesta volví a besarlo, casi tuve que voltear su cara hacia mí para hacerlo y cuando por fin nuestros labios estaban unidos, se apartó de mí diciendo: "Ya nos tenemos que ir."
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Maldita sea!!!!!!!!!!!!! ¿Por qué? ¿Para que su mami no descubra que tiene una "amante"?
¡¡De todas formas si lo descubriera la más jodida sería yo!! Porque en estos casos sólo puedes quedar como una maldita o como una estúpida.
Estaba muy molesta, pero sentía que tenía que disimularlo.
Me vestí rápido, Él me preguntó como dos veces si no olvidaba nada y en algún momento dijo: "Hoy no me diste nada, ¿verdad?"
Se refería a algo que no he mencionado en ninguno de mis otros relatos: mi cooperación económica con el precio del hotel. Casi siempre pagamos mitad y mitad para el hotel y Él compra los condones y el alcohol y el lubricante en ocasiones especiales.
Esta vez no aporté nada y no pensaba hacerlo, así que sólo contesté en seco: "No."
Y Él no me dijo nada.
Cuando nos subimos al coche intenté hacerle la plática, pero nada fluía.
Sus respuestas eran cortas y cortantes. Nunca quiere hablarme mucho de Él.
Comunión fática evidente.
Al llegar a la puerta de mi casa me dijo que me hablaría el miércoles porque no tenía nada que hacer, como siempre, no lo hizo.
Al día siguiente me mandó un mensaje diciendo que cambiaría de número y luego me lo pasaría. Han pasado ya tres semanas desde eso y no me ha mandado nada. Lo extraño es que ya no me preocupa mucho no tener su nuevo número.
     

 

  
 
 
 


     


  

domingo, 17 de marzo de 2013

Identidad

"Noche de antifaces" le llamaron a esa reunión improvisada en la que de cualquier manera todos llevabamos máscaras.
Cada que voy a una de esas fiestas siento como si llegara una nube de humo gris que me regresara al pasado, vuelvo a sentir un temblor en mis piernas y sólo sostengo con fuerza un vaso con vodka o ron, como si éste me diera equilibrio y me mantuviera erguida frente a toda esa gente pretenciosa.
Muero de frío, no veo la hora en que por fin pueda salir de aquí y dejar de escuchar las mismas críticas y las mismas anécdotas. "Me pongo pedo para contarte qué pasó la última vez que me puse pedo... lo cual es en realidad muy parecido a lo que haré hoy y contaré en la próxima peda y así sucesivamente." Ese es el punto.
Pero esta vez hubo una variante que me hizo sentir menos ajena a ese mundo. Por primera vez realicé en su totalidad el ritual nocturno de una joven fresa de mi edad: "Voy a una fiesta, me pongo peda, platico (si a eso se le puede llamar platicar), canto, conozco a alguien, bailo con ese alguien, me beso con ese alguien y salgo con él para volver a besarnos sin alcohol de por medio."
Nunca pude hacer eso mientras formé parte de ese extraño "círculo social" (si así se le puede llamar), nadie me veía como para hacer eso, nadie creía que pudiera, nadie se atrevía.
Conmigo sólo hace falta quien se atreva, no importa quien sea, sólo necesita ser él quien se acerque primero.

Le dicen "Bolita Villa", suena estúpido, pero él no lo es. Tiene carita de niño y en serio es como una bolita, cualquiera diría que está gordo, pero yo no lo veo así. La verdad, ahora que lo pienso, no me gustan los hombres demasiado delgados, no me imagino en la cama con alguien más flaco que yo. "El seductor de mis pesadillas" es delgado, pero no tanto, tiene un poco de pancita que siempre intenta disimular. Recuerdo que cuando partimos la rosca de reyes en el servicio social, decidí guardar uno de los muñequitos porque me recordaba a Él de perfil. Su pancita y sus nalgas eran idénticas, sólo faltaba su pene erecto, pero sería perverso que hubiera un "niño dios" así.
Sé que tal vez esté mal mencionarlo a Él mientras estoy contando la historia de cómo conocí a Bolita, pero he estado pensando que por más que haya comenzado a escribir esto por Él y que lo haya trasladado aquí por Él, no puedo separar dos cosas que están sucediendo simultáneamente... quisiera, pero aún no me siento lista para darle fin a alguna de las dos historias.
Bolita estudia Derecho en una universidad católica (no sé cual), ama el beisbol, es parrandero y le gusta mucho tomar. Un amigo me dijo que es un "todas mías" y que no me conviene... como si no supiera que estoy loca.
Pero eso pasó después, primero lo primero: el beso. En todas las fiestas fresas ponen salsa cuando la gente ya está medio peda y pues todos intentan bailar aunque no sepan. Antes me daba pena bailar sin saber, pero en realidad la mayoría de la gente no sabe bailar y baila horrible, así que ya no me da pena hacerlo. Bolita me enseñó a bailar (como lo han hecho muchas personas cuyo esfuerzo ha sido en vano), ni siquiera recuerdo bien qué canciones bailamos porque yo estaba demasiado concentrada en seguir los pasos, pero a pesar de eso sentí que todo estaba sucediendo naturalmente. Me gustaba tomarlo de la mano y cuando teníamos que acercarnos más por la cadencia del baile sentía algo bonito, se sentía calientito y me daban ganas de abrazarlo.
"Ya se te acabó tu bebida.", me dijo, e inmediatamente vació la mitad de lo que él estaba tomando en mi vaso. No sé por qué eso se me hizo lindo... aunque su bebida sabía horrible, era ron (la bebida favorita de Él).
Después fue al baño o no sé a dónde, justo entonces mis amigos y yo ya teníamos que irnos (porque la mamá de Aldo ya estaba afuera) y sentí que no podía irme sin despedirme de R.. (Bolita), tomarlo de la mano y abrazarlo muy fuerte. Así que empecé a preguntarle a todo el mundo: "¿No sabes dónde está R...?"  
Tal vez hubo efectos del alcohol de por medio, porque no recuerdo gran cosa del intermedio, el punto es que cuando él apareció y le dije que ya me tenía que ir, me abrazó muy fuerte como si no quisiera soltarme... y yo tampoco quería soltarlo porque sentí que ese era un abrazo de verdad y yo tenía frío.
Recuerdo que les dijo a mis amigos: "No, a ella no se la llevan. Ella se queda conmigo."
Entonces hubo una especie de discusión entre ellos, no sé si no lo recuerdo por la peda o porque simplemente no me importó. Sólo recuerdo que uno de mis amigos casi tuvo que llevarme a jalones, entonces Bolita se paró frente a mí y al ver su rostro supe lo que estaba a punto de hacer (tristemente recordé aquella noche en la que "El seductor de mis pesadillas" hizo lo mismo por primera vez), pensé que tal vez estaba mal, pero me dejé llevar. Su lengua entró suavemente a mi boca y no tuve ningún inconveniente, hasta que sentí su sabor: tabaco y ron... a eso me supo el primer beso de Él. Me asusté, ¿acaso todos los besos saben igual? Me alejé, no quería que siguiera besándome y seguir encontrando el sabor de A... en él, no era justo.
"Un último y ya.", me dijo antes de que mis amigos casi me arrastraran al coche. Se lo dí y sentí algo diferente, sus labios succionaron levemente mi labio inferior el cual mordió con suavidad, no se parecían a las mordidas de A... que me dejan marcas moradas que sólo presumo ante el espejo y apenas puedo disimular con un poco de maquillaje y lápiz labial. Ese era "el beso de Bolita", suave pero intenso: permanente. Incluso ya estando dentro del coche y después de avanzar unas cuadras seguía sintiendo "su beso fantasma pegado en mi labio inferior."
Me sentí culpable, ¿no se supone que yo amo a A...?, ¿no se supone que Él es todo para mí?, esto me convertía oficialmente en una "zorra", traidora, mala mujer.
Entonces miré con frustración a uno de mis amigos y le dije el nombre de A...
Y él me contestó: "Mira, ni pienses en Él, porque Él se porta peor que tú, mucho peor."   

Ese mismo día, unas cuantas horas antes, A... me había mandado un mensaje:
"Hola!!!!!!! Qué vas a hacer hoy??!!"
Y le respondí:
"Hola!!!!! :) Hoy voy a ir a la fiesta de un amigo."