domingo, 6 de julio de 2014

I look into the mirror, the whore is all I see.

"I never wanted to be like me."

Y ahí estaba yo, en medio del piso 19, sola al fin. La parte consciente de mí supo que era el momento de escapar. Apreté el botón con la estrella y entré a ese cubo de espejos, auque no recuerdo haber visto mi reflejo ahí.

Afuera todo estaba muy obscuro, no podía creer que ya fuera tan noche... sólo quería salir. Cruzar esas calles de autos salvajes siempre ha sido un juego de destreza, pero agreguemos un nivel más de dificultad: vista borrosa y pies temblorosos.

Me subí al primer camión que vi, ni siquiera pensé a dónde me llevaría.

Me senté y cerré los ojos... de todas formas todo estaba borroso y me sentía muy mareada. Quería dejar atrás ese paisaje frío y gris de corporativos y centros comerciales. Me vino a la mente algo que dijo mi jefa una vez: "Todo esto antes era un basurero y se nota."

No quería pensar en nada, simplemente me perdí más de lo que ya estaba. La tipa que se sentó al lado mío me despertó cuando llegamos al metro. No sé qué metro era ese, nunca había estado ahí.

Aún con la vista borrosa, compré dos boletos y entré, volví a sentarme y después de un rato capté que estaba en Observatorio. Transbordé casi instintivamente en Balderas tratando de caminar lo más erguida posible. Seguía sientiendo como si flotara, nada estaba claro y mientras más trataba de recordar lo que había pasado, más perdía sentido y más lo olvidaba.

Estábamos en una oficina del piso 18, creo que era la nueva oficina del nuevo Director Creativo. Habíamos estado besándonos sin parar durante un buen rato, aún podía sentir sus mordidas, era como si me hubiera arrancado el labio inferior, también me dolían los pezones... Recuerdo que su cierre estaba abajo y su pene estaba afuera, pero no cogimos... aunque seguro todos piensan que así fue. Le dije que estaba en mis días y él no insistió más.

Tal vez me hubiera ido antes de ahí de no haber sido porque mi chamarra (donde estaban mis credenciales, mi dinero y mi celular) se perdió. Debió estar perdida por horas.

Los demás me ayudaron a buscarla, todos fueron muy amables. Me acompañaron a reportarla con los polis de todos los pisos, marcaron a mi celular una y otra vez para ver si sonaba cerca, me abrieron todas las salas para que la buscara. La verdad no podía creer tanta accesibilidad, tal vez simplemente se habían dado cuenta de que yo ya no podía hacerlo sola.

Mientras tanto Marmota estaba coquetando con Kari, creo...

Y de pronto capté que seguía muy peda y era muy noche y estaba sola en un metro vomitando dentro de las mangas de mi chamarra perdida-recién encontrada, intentando pasar desapercibida.

El problema con embriagarse es muy complejo, es una dulce trampa.

Primero suelta cada extremidad de tu cuerpo, aflojando el grillete de tus pasiones. Después nubla tu vista, desactivando tu habilidad de sentir las miradas ajenas... desaparece la autoridad moral. Parece que por fin eres libre, ni siquiera tú mismo podrías detenerte, pero tan sólo eres como el perro que se suelta de la correa de su amo para lanzarte directo a la avenida más transitada.

Y así es como te enteras de que eres invencible, porque no importa cuántas veces caigas, tú ya no sientes nada. Esa es la dulce trampa. Al fin no tienes límites, pero eres incapaz de saber cómo se siente eso. Has perdido el control y jamás sabrás cómo sucedió.
  
No había tiempo para lloriquear, tenía que aparentar que estaba bien, aunque sintiera una mezcla de miedo y asco en la boca del estómago. No había comido nada en todo el día, sólo bebí.

Tal vez me hubiera ido antes de ahí, de no haber sido porque le dí un toque al porro de alguien en la terraza, o porque después de unas cuantas chelas me seguí sirviendo whisky. En verdad mi plan era salir temprano y comer algo rico en el centro comercial antes de regresar a mi casa, temprano.

Pero ahora estaba ahí parada en un vagón de la línea verde, tratando de mantener el equilibrio porque no quería agarrarme de un tubo y ensuciarlo con mis manos vomitadas.

Seguía sin poder creer que me sintiera tan pésimo. Antes de huir fui a vomitar al baño y creo que Anel estaba conmigo, íbamos a ir a la Bipo, según, pero luego todos desaparecieron... o yo escapé de todos?

Pero antes de eso, estuve en otro lado, lo sé porque ahí encontré mi chamarra y mis cosas. Era una sala obscura con cortinas, sé que nos recostamos sobre algo suave y que desabotoné su camisa mientras él seguía mordiéndome los labios, "Eres el diablo.", me decía.

Dijo muchas cosas más, pero la parte más dulce de la trampa de la ebriedad, o más bien, la parte más tramposa de la dulce ebriedad, es que consiste en un momento que se desvanece frente a tus ojos.

Me bajé en Zapata, incluso tuve tiempo de hablar con mi mamá decentemente, entrar a un Sanborns, lavarme la cara, las mangas de mi chamarra y las manos... y captar que había olvidado mi otra chamarra allá.

Mi papá me estaba esperando en Coyoacán y al subir al coche me dijo que me había comprado una chamarra nueva. Ahí empezó la cruda moral.

Porque aunque ese día parezca una vieja película que viste algún día lejano y te esfuerzas por recordar, sabía que fue real, lo sabían las mordidas en mi cuello. 

   

           

domingo, 29 de junio de 2014

Do I wanna know?

"Maybe I'm too busy being yours to fall for somebody new, know I've thought it through." 

Su reaparición fue sigilosa y paulatina, empezó con diálogos patéticos, hasta que al fin se decidió a pedirme mi teléfono otra vez. Todo para que yo reafirmara lo que ya sabía: Él nunca cambió su número.

De todas formas siempre he sabido que miente.

Uno de los misterios de mi personalidad es ese de la "pena ajena". Me da mucha pena desenmascarar a las personas. No quiero exhibirlos, no quiero enfrentarlos, ni destrozar esas historias que inventaron para mí con tanta cautela.

Más que pena, es miedo. Ya sé que siempre se pueden decir mentiras más grandes, ya sé que no se rendirán nunca. Antes serían capaces de crear un mundo alterno hasta confundir mi noción de realidad.

... más cuando la otra persona (yo) tiene un deseo tan fuerte de creer en las mentiras.

Él sabía que tarde o temprano yo sentiría esa misma soledad que me arrastró hacia Él desde el principio. Sólo tenía que esperar hasta cuándo sería yo capaz de aguantar.

Por eso fue que este miércoles me decidí a verlo. Las noches que paso con Él ya ni siquiera las cuento.

Aunque ahora pienso que no sólo fue la soledad lo que me hizo regresar a Él. Unos días antes tuve una plática incómoda con E.

Dice que me desea... sólo píensa en mí de esa forma. Eso me sube un poco el ego, pero al mismo tiempo me molesta.
Le dije que de todas formas no podíamos tener sexo porque me siento triste, insistió en saber por qué y tuve que volver a sacar a relucir a A. Ya sé que todo suena a que yo planeaba sacarlo en la conversación o darle celos o algo, pero no fue así... al contrario, fue su oportunidad de hacerme sentir peor.

No olvido lo que me dijo:
"No estás triste por eso, es porque no te pertenece."

Sí, tal vez sea por eso, lo acepto, pero me revienta que tenga que ser él quien me lo diga.
Le pregunté si me extrañaba y me dijo que "más bien era algo pasional".
Claro, A tampoco me extraña, sólo me pregunta si yo lo extraño a Él.

¿Por qué la gente es tan MIERDA?!!!!!

¡¡¡¡¡¡¡¡Todos son unos cínicos insensibles!!!!!!!!!!!
Sólo piensan en ellos mismos, me ven como un maldito hoyo donde meter su pito y YO SOY MUCHO MÁS QUE ESO.

SOY UNA PERSONA, SOY UNA MALDITA PERSONA!!!!!!!!!!!!!!!!

¿Por qué no pueden verme así?
Y lo peor es que eso no es lo único que me hace sentir mal, siento aún peor el hecho de estarme acostumbrando a eso. ¿Qué más puedo esperar de alguien? Me he mentalizado tanto a no esperar nada, que ya casi ni me sorprende esperar lo peor y que así sea.

No sé hasta qué punto ser más insensible sea sinónimo de ser más fuerte.

Si es así, entonces tal vez debería alegrarme de ser más fuerte y no estar llorando ahorita.
Ese miércoles, o martes, o lunes, fuimos a RomAmoR. Esperarlo ya no fue tan desesperante y subir a su auto ya no fue tan emocionante... mentirles a todos ya tampoco fue tan difícil.

Era un hotel más bien clásico, justo de esos que tratan de guardar la esencia de la Roma, pero me llamó la atención que su nombre aprovechara esa rara coincidencia de que "Roma" al revés es "Amor".
Pensé que no tenía mucho que ver con Él y yo, tal vez lo nuestro sea más bien como amor al revés.

"Lo nuestro"... lo digo como si en verdad hubiera algo ahí, pero es que ¿acaso no lo hay? Lo que para Él han sido unos cuantos acostones, para mí son ya tres años.

Todo era rojo: colcha, cortinas, luces, "potro del amor"... No sé por qué a todo le tienen que agregar la palabra "amor", como si eso ennobleciera las cosas, como si eso las hiciera más legítimas y hasta virtuosas. Como si no se tratara de un pinche hotel de paso donde la gente coge y ya.

Hasta había una carta de bebidas y platillos para pedir cena en el cuarto. Incluso saliendo del elevador vi que había un pequeño restaurante bar, también con ese aire antiguo... como si alguien neta viniera a sentarse a tomar vino en una mesa para dos con una rosa en medio.

Me acordé de cuando E me dijo algo así como "entonces nunca me dejarás hacerte eso a lo que llaman el amor". Are you fucking kidding me?, ¿Qué diablos es eso a lo que llaman "el amor"?

Creo que nadie tiene ni puta idea de lo que es el amor, de lo que esa palabra significa. Por eso la usan tan indiscriminadamente, tan irresponsablemente, tan cínicamente.... y todo mente jajaja.

Bueno, la verdad yo tampoco sé lo que es el amor. No es como que alguien se haya enamorado de mí alguna vez y ahora incluso dudo si yo he amado a alguien alguna vez.

Cuatro letras pueden sobrevalorarse o denigrarse dentro de cada cabeza. Pero en fin, la verdad era un hotel muy bonito, tal vez incluso era el hotel más bonito de todos en los que hemos estado.

De hecho era demasiado bonito, estaba demasiado "romantic cliché" ambientado, me hacía sentir en una especie de "luna de miel", tenía ese feeling de "newlyweds". Ha de ser por eso que lo primero que pensé cuando entré a nuestra habitación fue: "este es un lugar demasiado lindo para estar aquí con Él."

Me sentí un poco mal por pensar así... de todas formas ¿acaso podía estar con alguien más ahí? E. es muy codo, R. es muy borracho, J. tiene novia y M. ya ni me habla. Y en realidad de repente siento que de cualquier manera ninguno me merece, bueno, más bien ninguno me quiere pero a veces me gusta pensar que es porque no me merecen.

A. tampoco me merece y tampoco me quiere, sólo quería saber si volviendo a acostarme con Él se aclararía algo en mi cabeza. Si de verdad estoy triste por Él y no me siento bien con nadie por Él.

Ya ni siquiera me interesa describir cómo se desvistió y buscó los canales porno con impaciencia, ni cómo se metió a la regadera. Siempre pasa lo mismo.

La diferencia es que cada vez es más brusco y a pesar de todo lo que lo extrañé y de todo lo que pasé, ahora que por fin había vuelto a mí, no sentía la misma emoción y Él tampoco se esforzó demasido en hacerme sentir bien a mí. Lo que me preocupa es que no me acosté ni con R. ni con E. porque sólo pensaba en Él y ahora que había vuelto tampoco me sentía tan excitada.

Es raro y contradictorio. No es del todo placentero, pero sería peor no tener nada.
 "Te voy a partir en dos.", me decía mientras me penetraba, y yo pensaba: "Como si no lo hubieras hecho ya."

Estoy partida en dos. Una mitad ya no siente nada y sólo se deja llevar, la otra es la que se sigue sorprendiendo ingenuamente de la poca sensibilidad de todos, incluso de ella misma.

En este punto creo que ya puedo ver las cosas un poco más claras. Después de haber sentido que ya lo había perdido para siempre, ya no temo tanto perderlo otra vez. Él ya no es tan espectacular, ya no lo veo como un sueño diurno, ya puedo ver más claramente que no es perfecto.

Ahora veo que lo que me entristece y no me deja estar en paz es otra cosa, es que no quiero estar sola y que no he conocido aún a alguien que quiera estar conmigo... y tal vez nunca lo haga. Esa verdad es la que realmente me parte en dos.

Ninguno de los hombres que he conocido ha elegido estar conmigo... y por lo menos A. siempre regresa a mí y me hace sentir que me ha elegido, aunque sea para sexo casual.

Cuando acabamos lo abracé y Él me preguntó cómo me sentía. Obvio se dio cuenta de que había estado incómoda todo el tiempo, pero le valió madres. Le dije que me había dolido un poco pero que tal vez era porque hacía mucho que no lo hacía.

A: ¿Desde cuándo no lo haces?
YO: Mmmm... pues, desde que no te veo.
A: ¡Desde que no me ves no has estado con nadie! No tiene nada de malo que lo hagas con alguien más. ¡Es mucho tiempo! ¿No has tenido novio, ni salido con nadie?
YO: (pausa incómoda) Pues sí, pero, no sé... no me han dado ganas de eso.
A: (pausa incómoda) Mmmm... qué raro.

Si supiera de mis intentos fallidos... pensé.
Pero es que de cualquier manera la verdad es más terrible para mí que para Él.
Para empezar me queda muy claro que A. ni siquiera sentiría celos si supiera de la existencia de E. o de R. o de M. Así como a E. no le importa que le hable de lo mucho que extraño a A. y continúa diciéndome que siente por mí "algo más pasional".

La otra terrible verdad es que ya tampoco con Él me siento bien y Él parecía la única solución a mi mal.

Lo abracé y cerré los ojos muy fuerte para no llorar.

A nadie le importo y ya nadie importa. No hay nadie a quien le deba lealtad, o respeto, o cariño. Nos somos ajenos, nos negamos, nos desconocemos.

A. ya no es lo mejor que me ha pasado en la vida, pero es mejor estar con Él que sin Él. No veo una opción "menos peor" que Él, no veo un camino diferente.



   



   





    

  

domingo, 1 de junio de 2014

I'm back

Tarde o temprano sabía que volvería a esta forma tan básica de sacar lo que llevo dentro.
Hasta ahora es la primer semana "legal" que paso sin ir con Mercedes y creo que sí me ha afectado.
Estoy muy enojada por muchas cosas y lo peor es que ya no tengo ese espacio que era sólo mío para expresarlo todo.
Hay tantas cosas que quiero decir... y no aplica acostarme en mi cama y hablar sola como si estuviera en el diván.
Extraño mucho ir a terapia, aunque también me da un poco de miedo pensar que tal vez me estaba volviendo dependiente de eso. Y es que aparte de todo, no me imagino con un psicólogo distinto a Mercedes. Sería horrible tener que volver a contar todo desde el principio y revivirlo.
No sé qué haré, pero tengo que buscar la manera de estar bien sin ir a terapia... por lo menos unos 6 meses más en los que acabo mi "lapso trainee".
Me consuelo pensando que los sacrificios son para hacer mi sueño realidad, que falta muy poco para que yo me convierta en una Planner de verdad.

Todo sea por cumplir eso, por lo menos eso.

Siento que hay tantas cosas que me hacen falta y que tal vez ya no tendré porque no se puede tenerlo todo, etc, etc, etc.
La verdad sí extraño mucho a Mercedes y siento como sí me hubieran arrebatado algo muy íntimo, no por ella misma como persona, sino por el espacio de libertad que implicaba para mí.
Lo peor es que ni siquiera hice lo que ella me pidió, aunque me dijo que yo no tenía por qué sentirme culpable, no pude romper esa barrera de culpa que siempre traigo.

No me siento con el derecho de exigir nada, mucho menos si se trata de tiempo para mí.

Todavía me acuerdo de cuando busqué ayuda y la conocí, incluso creo que fue alrededor de estos meses... así que apenas iba a cumplir un año con la terapia. En ese entonces en verdad sentía que iba a enloquecer, estaba muy mal y escribir aquí ya no me estaba ayudando.

Espero que hacer esto me calme un poco, en lo que tomo valor para exigir un poco de tiempo, o en lo que consigo algo que me haga sentir más segura.

Bueno... quién sabe cuándo me vaya a sentir segura en la vida, tal vez nunca.

Estoy muy harta de mí y los demás también. No sé hasta cuándo voy a ser libre y eso es lo que no me deja estar en paz. Quiero salirme de aquí, quiero hacer todas las locuras que he soñado, siento que se me acaba el tiempo y que ya no podré tener nada.

Me siento encerrada, siempre lo he estado y eso es lo que ya no soporto, pero no sé qué hacer ni a dónde ir. Para variar, nadie me entiende, mi familia cada vez me harta más, no quiero estar con ellos, sólo me limitan y nunca han hecho ni siquiera el intento de entenderme... por lo general sólo me juzgan.

No quiero estar con ellos, pero mis amigos son un tema aparte. Ya no sabría decir quiénes siguen siendo mis amigos y quiénes no. Es difícil que alguien esté disponible cuando yo lo estoy. No quiero que la soledad ni la compañía me limiten.

Quiero ser libre, pero no encuentro la forma de desatarme de todas esas estupideces que me mantienen aquí, así. Lo único bueno que me ha pasado últimamente es mi "lapso trainee" y por eso sólo me aferro a eso. Ahora entiendo el "lapso godínez", es esa etapa de transición en que el trabajo se convierte en tu mundo porque estás excluído de los demás mundos.





lunes, 17 de marzo de 2014

Nada es como crees

La despedida al fin se consumó.

Se llevó a cabo de la manera más patética e insignificante en que podía suceder, pero sucedió.
Además... fue una doble despedida.

No sé cómo empezar a relatar esto, pero para mi sorpresa, el primero en despedirse de mí fue E... (creo que nunca había mencionado ni siquiera su inicial, pero él también merece una página especial donde relate su historia, como R..).

En fin, como no me siento de humor para hablar de A... y de cómo todo entre él y yo ha terminado definitivamente, creo que hablaré de E...

Lo conocí uno de esos días nostálgicos en que uno siente que se acerca el final de algo. Todavía estaba en octavo semestre y ya sentía el peso de una despedida inminente. Quería ir a las islas y contemplar CU en la mañana, no sé, sólo quería relajarme y oler el pasto húmedo, mientras observaba el sol colarse por las copas de los árboles... era un día cursi

Les dije a mis papás que iría a clases, o a la biblioteca, o no sé, pero yo sólo quería estar en la universidad y quedarme a contemplar lo que fuera.

Siempre he pensado que esa parte de mí a la que le gusta perderse en la calle o sentarse a observar la nada, en realidad espera algo o alguien que se cruce conmigo y me invite a moverme de ahí.

Las islas estaban solitarias, eran como las 7 de la mañana, sólo había aspersores mojando el pasto, ni un alma, hasta que lo vi pasar a él.

Parecía apurado, pero se detuvo y volteó a verme. En ese instante, en ese lugar, el amanecer estaba justo detrás de él y fue así como lo vi totalmente iluminado por el sol asomándose justo a sus espaldas. Y para mi paranoia... seguro esa era una señal!!

Primero me apené porque al momento en que volteó se dio cuenta de que yo lo estaba viendo, así que intenté mirar hacia otro lado y disimular.

Pensé que había sido una escena demasiado cursi para ser real y que seguramente nunca más volvería a ver a ese tipo. Sólo estoy buscando la luz, pensé, sólo quiero creer en los nuevos comienzos, pero algo interrumpió mis pensamientos. Era él preguntándome: "¿Me puedo sentar?" y yo estaba tan ensimismada que cuando escuché su voz sentí que estaba dentro de mi cabeza.

Le dije que sí, porque ahora entendía que desde que nuestras miradas se cruzaron nuestro diálogo empezó y que era tiempo de escucharnos.

Es una lástima que al final yo no lo supe escuchar bien...

Su voz era grave, como se supone que habla un hombre, su tono era directo y conciso, como se supone que habla un hombre.

Había algo místico en él, a pesar de que estaba junto a mí seguía siendo como una aparición iluminada. Sus intenciones eran muy claras, pero dudé si las cosas pasarían de ese encuentro. Le di mi teléfono, sin esperar que me llamara, porque es mejor vivir así.

Seguramente se olvidará de mí, pensé. Ya nada es lo suficientemente cursi como para ser especial o lo suficientemente especial como para ser cursi.

E... me sorprendió con un mensaje suyo esa misma noche, mientras esperaba noticias de A...

Fue así como lo agregué a fb y empecé a platicar con él cotidianamente, para no sentirme sola, en lo que decidía qué pasaría con A... Esa era la idea al principio, tal vez E... era la vela encendida que necesitaba o el clavo que sacaría al otro clavo.

A veces me hartaba que E... siempre estuviera ahi, era predecible. Casi podría asegurar que la única razón por la que se conectaba a fb era para hablarme y mantener el contacto.

Pero si ser predecible era malo, las cosas se pusieron peor cuando dejó de serlo.

Al principio pensé que sería bueno conservarlo cerca de mí para irme olvidando de A... e iniciar una nueva aventura, pero poco a poco me fui ilusionando con la idea de un nuevo comienzo donde las cosas serían diferentes. Me emocionaba la idea de esta vez ser amada. Aunque amaba la incertidumbre, lo que buscaba ahora era tener certezas, sobre todo la certeza de que alguien estaría ahí para mí de la misma forma que yo he sido capaz de estar para otros.

Pero poco a poco fui dándome cuenta de que A... había dejado muchas secuelas en mí, cosas que aún tengo que resolver y que E... no iba a poder ayudarme ni con toda su paciencia, ni con toda su voluntad.

... o tal vez sí le faltó voluntad.

E... trató de hacerme sentir bien, pero en mí nunca vió un "para siempre", por más que ahora me lo niegue.
Sospecho que hay alguien más y no lo culpo, en mi mente siempre está A... y todavía no sé cómo deshacerme de Él.

Hubo un momento en que me sentí mal por ver a E... como una salida. A veces sentía que abusaba de él, pero al mismo tiempo sentía que yo tenía derecho de ponerlo a prueba. De hacerlo esperar en todos los sentidos, de demostrarle que no sería fácil que yo confiara en él y tenía que ganárselo, de no darle muestras de cariño tan rápido por más que yo misma quisiera hacerlo.

Quería estar segura de que esta vez las cosas serían diferentes, era lo único que yo quería, una nueva historia, un nuevo comienzo.

Y él lo soportó todo... al principio. Fue así como se convirtió en una esperanza para mí, una verdadera luz.

Gracias a él me di cuenta de muchas cosas... me hubiera gustado que él se quedara conmigo, pero yo capté las cosas demasiado tarde.

Me tardé mucho en poder besarlo de verdad, nuestro primer beso fue de lo más forzado y él me insistió de una manera que incluso me dio lástima y tristeza. Quién diría que ahora soy yo quien extraña un beso suyo.

Pero lo peor fue un día en que intentó acostarse conmigo. Fue de lo más estresante. Estábamos en su casa y su familia estaba ahí. Nos encerramos en su cuarto y así empezó ese intento fallido que me hizo darme cuenta de que estoy más dañada de lo que pensaba.

Para ese entonces él ya se había ganado mi confianza. Ya no me costaba trabajo besarlo, ya no pensaba en los besos de A... Creí que ya estaba lista para dar un paso más y darme la oportunidad de intentar algo otra vez. Yo sabía que E... era una buena persona, que él no podía ser igual, que nuestra historia no había comenzado igual, que ya llevábamos tiempo saliendo, que él no se escondería de mí, pero yo tenía mucho miedo.

No tenía ni idea de todo el miedo que tenía, no me imaginaba que muy dentro de mí había algo que se protegería más que nunca. Era esa fuerza extraña que muchas veces empujó a A... mientras teníamos sexo. Era esa parte de mí que no estaba dispuesta a arriesgarse otra vez, ni siquiera por E... que a pesar de todo me había escuchado y había tratado de entenderme.

Me acuerdo que me desvestí torpemente y el hecho de estar desnuda frente a un hombre desnudo no me provocó nada. Las cosas se pusieron peor, porque el hecho de estar desnuda en una cama extraña, encima de un hombre desnudo tampoco me provocó nada.

Es horrible porque no sé cuánto tiempo estaré así... aunque ya me había percatado de que algo malo me estaba sucediendo desde antes.

Durante toda esa temporada en que A... desapareció, algunas veces sentí el deseo de masturbarme. Trataba de pensar en situaciones, cosas que me excitaran, porque me costaba mucho trabajo pensar en algo que no tuviera que ver con Él. Cuando por fin lograba atrapar una idea provocativa y llegaba al orgasmo, inmediatamente sentía un vacío en el pecho y me invadía el llanto.

Masturbarse dejó de ser divertido desde hace un buen rato.

Su recuerdo siempre llega en algún momento y no puedo evitar ponerme a llorar, pienso en cuánto lo extraño, en cuánto quisiera que estuviera conmigo, en la forma en que Él me lo haría, pienso que soy suya y que nadie más nunca me podrá hacer sentir placer... ni siquiera yo misma.

Pensé que tal vez necesitaba de otra persona para liberarme de esa idea, pero la presencia de otra persona tampoco funcionó. Recuerdo que E... trató de tomarse las cosas con calma, aunque no era nada cómodo que él estuviera tan excitado y yo no sintiera absolutamente nada.

Empecé a masturbarme, intentando excitarme para que él pudiera seguir, pero mi excitación duraba muy poco. Lo peor es que cuando E... me tocaba a veces sólo me dolía y lo rechazaba inmediatamente, justo como lo hice las primeras veces que intentó besarme.

Creo que estuvimos encerrados en ese cuarto por horas, intentando tener sexo, cambiando de posición, tocándonos, tratando de que algo funcionara pero yo no sentía nada y era horrible ver la frustración en él y al mismo tiempo sentirme tan fuera de mí.

Había momentos en que nos quedábamos acostados y callados, yo sólo lo abrazaba, apoyaba mi cabeza sobre su pecho y cerraba los ojos. Sólo eso quería hacer. Recuerdo la paz que sentía cuando hacía eso, quería quedarme dormida ahí a su lado y despertar junto a él y no hacer nada más porque tenía miedo.

Después pensé que la tranquilidad que sentía era porque él estaba ahí y porque yo estaba segura de que no se movería y no se iría de ahí. E... no me diría "tengo que ir a comprar papel de baño", no correría a bañarse en ese momento, él sí se quedaría ahí conmigo aunque yo no había hecho nada por complacerlo... todo lo contrario.

Y me sentí tan triste al pensar eso... sentí pena por él y por mí. Pero más por mí porque no sé cuándo me voy a curar, por él no tanto porque sabía que podría encontrar algo mejor después... y creo que así lo hizo.

Me acuerdo que me preguntó directamente qué me pasaba, quería saber en qué estaba pensando, por qué no me sentí bien. Eso me conmovió mucho. No me reclamó nada, ya no intentaría nada, en verdad quería saber qué me pasaba... así que le hablé un poco de Él.

Tal vez no debí hacerlo.

Le dije que tenía miedo de que volviera porque sabía que tal vez no me negaría a nada que me pidiera y seguiría siendo parte de su juego. De alguna manera le confesé que sólo esperaba tener algo que me diera el valor de alejarme, que me hiciera sentir que había algo mejor que Él.

No sé cómo E... soportó que yo le platicara todo eso mientras estaba ahí junto a él, sin ropa. Estaba tan tranquilo, me escuchó con tanta paciencia, que no podía creerlo. Me dijo que sólo yo podría tomar una decisión y que yo sabía lo que tenía que hacer.

En realidad se enojó conmigo después, cuando le di a entender que tampoco confiaba en él.

Me dijo que lo herí al decirle eso, pero es que ¿cómo confiar en alguien ahora?

No pude evitar pensar que todo el motivo de su berrinche en realidad estaba en el hecho de no haber querido acostarme con él.

Otro día lo volvimos a intentar y creo que fue peor. Esa vez sí me sentí excitada, pero en cuanto sentí su pene cerca de mí lo empujé lejos de mí tan fuerte como pude y no pude evitar mirarlo con enojo. Él se sorprendió mucho, me reclamó por haberlo empujado y me dijo que dejara de mirarlo así, pero yo no podía dejar de hacerlo.    

No sé hasta cuándo podré acostarme con alguien otra vez, es que extraño mucho a A....!!! Algunas veces siento ganas de buscarlo de nuevo porque no me imagino haciéndolo con otra persona. No quiero ver otro rostro sobre mí, no quiero que nadie más me toque.








Como Kafka, pero destinatario opuesto II

La dama perfecta dio a luz a un ser imperfecto que no podía caminar, ni gatear y que hasta la fecha no conoce la forma de avanzar en la vida.
Una niña que desde entonces se la pasaba llorando, siempre tenía pesadillas, aunque hoy ya no las recuerde.
Cuánto dinero gastado, horas de insomnio, lágrimas, preocupaciones, frustración, estrés, discusuiones, vino a traer esta niña a la vida de una dama tan ejemplar. Ella no merecía eso, yo sé en verdad que no lo merece.
Por eso, esa niña tenía que esforzarse por ser perfecta, o al menos parecerlo, tenía que poner todo de su parte para estar al nivel de su madre.
Y en verdad me esforcé por ser la mejor de todas y tú deberías saberlo, intenté destacar en lo que pude, aunque el miedo y la culpa siempre eran mi sombra.
Entonces me enseñaste a evadir los problemas, a reprimirlos, a hacer como que no existen para continuar con la pose, un nivel por debajo del tuyo porque nadie debe llegar a ti.
El tiempo avanzó y parecía que yo no podía dejar de hacerte sufrir porque a pesar de todo, mi sufrimiento te hacía sufrir, así que intentaste todos los métodos para enseñarme a tragarme las lágrimas.
Así aprendí a ocultarlas de los demás e incluso de ti.
Estoy oculta de ti, tú no me conoces. No sólo porque yo me esconda, también porque a ti no te interesa saber quién soy, sólo te interesa que yo sea lo que tú quieres que sea.
Alguna vez quise ser lo que tú quisieras que fuera, después quise ser como tú, pero ahora siento una urgencia terrible de alejarme de todo.
Lo último que quiero ser en la vida es ser como tú y sin embargo cómo me desgasto buscando tu aprobación.
Quisiera que me aceptaras como soy, quisiera que me entendieras, quisiera que pudieras ponerte en mi lugar... pero tú no quieres nada de eso.
Por eso quiero alejarme de ti.