sábado, 20 de febrero de 2016

reenfocar

Si todo es mental, debería poder controlarlo más. Me gustaría liberarme de cargas, pero al mismo tiempo siento que me queda algo que pagar.
Mucho tiempo he pensado en el daño que me he hecho a mí misma, pero no en lo que hice a otras personas.
Y aunque siento que de cualquier forma me falta mucho por sanar, no sé, siento que no podré estar bien hasta que "pague" eso.
Esa es la forma de pensar que quiero eliminar, porque me preocupa no poder estar bien. Ha pasado mucho tiempo y aunque la tristeza es menos, no he recuperado todas mis fuerzas y no he dejado de tener miedo.

Hoy estamos lejos todos los participantes de este triángulo, o cuadrado o polígono irregular que haya sido.
Parece (y quiero pensar) que todos están felices en donde están, ¿entonces por qué yo no?
¿Será que fui yo quien causó más daño? No lo creo. ¿Seré yo la más dañada? Tampoco lo creo.
Resulta que quien yo pensaría que salió perdiendo más, es quien parece más en paz y más feliz. Tal vez lo merece porque desde donde yo lo veo, fue ella la más inocente.

De pronto me cuesta trabajo pensar en que no me importó que existiera, que me fue muy fácil hacer como que no estaba. Él ni siquiera tuvo que esforzarse tanto en ocultarla. Es un pequeño detalle que me ha gustado eliminar de esta historia, porque es el que me delata. Al final me he visto a mi misma como una víctima todo este tiempo, ocultando ese detallito insignificante que hace ver lo peor de mí.

Tanto tiempo y hasta ahora puedo aceptar que yo también le hice daño a alguien, que estaba consciente de ello y ni siquiera por eso dejé de hacerlo.

A veces me pregunto qué pasó cuando ella se enteró de todo, si ella sabe quién soy, si pensó algo sobre mí, si en algún momento llegó a odiarme. Nunca pensé convertirme en ese tipo de persona, alguien que pudiera ser odiada, alguien a quien se le pudiera reprochar que destruyó algo.

Mi justificación siempre fue que yo sólo aparecí en el momento "adecuado", como una bacteria que crece donde algo se está pudriendo. Yo no sabía si ellos estaban bien o no, simplemente nunca creí que realmente hubiera un "ellos", "juntos", "oficialmente". Y aquí es donde viene una fuerte verdad.

Yo siempre lo he culpado a Él, nunca creí que él pudiera tener realmente algo con alguien, siempre supe lo que era. Por eso tal vez al final terminé culpándola a ella por exceso de ingenuidad, ¿o es que acaso no lo conocía? Él se la pasaba buscando presas en donde fuera, ¿en serio nunca vio eso?

Todos están locos, yo sólo crecí en ese habitat que tenía las condiciones para que yo viviera, ese ha sido mi argumento. Pero ahora veo que mi flexibilidad moral provino de una desesperanza tal que me hizo pensar que cualquier mujer que tuviera un poco de esperanza (sobre todo en un hombre y sobre todo en un hombre como él) era demasiado estúpida.

¿Cómo podía confiar en alguien como él y esperar algo? Alguien que nunca tiene un historial de nada, que se la pasa intentando borrar su pasado, que todo el tiempo huye de algo, que puede desaparecer de un momento a otro.

Llené mi mente de pesimismo, de coraje, de una especie de deseo de venganza contra "el noviazgo", contra "las damas", contra "el amor". Era muy claro que no existía para mí y entonces no existía para nadie.

Parecía tenerlo muy claro, pero ni siquiera con toda esa amargura pude evitar que el parásito de la ilusión se alimentara con cada gesto sin importancia. Ahí está el problema, yo me convertí en esa estúpida de la que yo misma me quería vengar.

Aquí empezó la historia de mi autodestrucción.

De nuevo se trata de mí, pero hoy acepto que afecté a alguien más. Aunque hoy ella sea la más estable y plena estoy consciente de que yo hice algo para que no lo fuera.